OSTEOPOROSIS
La osteoporosis es una enfermedad silenciosa que se caracteriza
por la disminución de masa ósea, lo que supone un aumento de la fragilidad de
los huesos, que generalmente se detecta hasta que sucede una fractura, es
decir, cuando su estado ha avanzado considerablemente.
El estilo de vida sedentario, el tipo de alimentación, el estado
hormonal y la propensión genética, son factores que pueden desencadenar la
osteoporosis, así como la menopausia en las mujeres, ya que la
desaparición de la función ovárica provoca un aumento de la reabsorción ósea.
Aproximadamente la mitad de las mujeres mayores de 50 años tendrá una
fractura de cadera, de muñeca o de vértebras (huesos de la columna) durante su
vida, debido a esta enfermedad.
El diagnóstico temprano y las estrategias de prevención son la mejor
manera de evitarla pues una vez que aparece es muy difícil revertirla.
Síntomas:
Deformidades de la columna
Dolor muscular
Debilidad de los hueso/fracturas
Dolor en el cuello
Pérdida de peso y de talla
Diagnóstico
Al tratarse de una
enfermedad asintomática, hasta la presentación de sus complicaciones óseas, es
necesario un diagnóstico precoz, que viene inducido por la historia clínica,
con análisis de factores genéticos (colágeno tipo 1, receptor de la vitamina D,
de estrógenos y de calcitonina), nutricionales, ambientales y factores de
riesgo, así como la determinación de marcadores bioquímicos de edad ósea y la
medida del contenido mineral óseo mediante densitometría.
En primer lugar es necesaria una exploración física que debe incluir una
medición de la talla para detectar su pérdida. También son útiles las
radiografías del perfil de la columna lumbar y dorsal para descartar la
presencia de fracturas vertebrales. La valoración de los factores de
riesgo es importante porque permite corregirlos y aplicar tratamientos
preventivos.
Estos factores pueden dividirse en dos grupos: individuales y
relacionados con el estilo de vida.
Factores de riesgo
individuales
Sexo femenino : Entre un 20 y 25 por ciento de las mujeres sufren
esta enfermedad tras la menopausia debido a la pérdida de estrógenos.
Envejecimiento .
Raza blanca u oriental .
Constitución delgada , escasa masa muscular y escoliosis
(desviación lateral de la columna).
Menopausia precoz : Desaparición de la menstruación antes de los 45
años, bien de forma natural o quirúrgica, y episodios prolongados de amenorrea.
Fracturas anteriores.
Antecedentes familiares de la enfermedad.
Enfermedades : Anorexia nerviosa,
síndrome de Cushing, diabetes tipo
1, artritis
reumatoide, enfermedades hepáticas crónicas, hipertiroidismo,
hiperparatiroidismo y diabetes.
Insufiencia ovárica .
Factores relacionados
con el estilo de vida
Déficit de calcio: La masa ósea que se alcanza en la edad adulta está
condicionada por la ingesta de calcio, especialmente durante el desarrollo de
los huesos.
Fumar más de 20 cigarrillos diarios.
Abuso de alcohol y café : Perjudican la remodelación ósea.
Sedentarismo : Las personas que realizan una actividad física
moderada tienen un menor riesgo de padecer osteoporosis.
Clima : Esta enfermedad es más frecuente en las zonas geográficas
donde falta sol, ya que éste es necesario para activar la vitamina D, que
mejora la absorción intestinal del calcio. En los países nórdicos, por ejemplo,
es más alta la incidencia de la fractura de fémur.
Nivel socio económico: Un bajo nivel socio económico se asocia con una
dieta insuficiente y una mayor morbilidad osteoporótica. Este factor cobra
mayor importancia en las zonas urbanas que en las rurales.
Uso prolongado de algunos medicamentos como glucocorticoides, hormonas
tiroideas y medicamentos anticonvulsivos.
Aumenta a partir de los 75 años. El déficit de producido por la
menopausia es el principal factor de riesgo que favorece el desarrollo de
osteoporosis.
Si bien no todas las mujeres en esta situación desarrollan la
enfermedad, se estima que aumenta el riesgo de sufrir una fractura en un 30 por
ciento, sobre todo a partir de los 65 años. En los primeros cinco años tras la
menopausia se puede llegar a perder hasta el cinco por ciento de la masa ósea,
y en los años posteriores se pierde entre el 1 ó 2 por ciento anual.
Hasta el momento la Terapia Hormonal Sustitutiva (THS), que consiste en
la administración de estrógenos y progestágeno, es el tratamiento de elección
en la osteoporosis postmenopáusica, ya que previene la pérdida de masa ósea y
las posibles fracturas sin modificar la composición y la resistencia de los
huesos. Su eficacia puede prolongarse hasta 15 o 20 años después de la
menopausia. Los estrógenos mantienen o aumentan la masa ósea con un incremento
que oscila del 2 al 8 por ciento en la columna y la cadera. Sin embargo, su uso
prolongado puede tener importantes efectos secundarios.V