ALERGIAS
Es una
reacción del sistema inmunitario que reconoce como extraña y dañina una
sustancia que es inofensiva para la mayoría de las personas y que se denomina
alérgeno.
Esto
provoca en el individuo una reacción que desencadena una serie de SINTOMAS
característicos, lo que se conoce como reacción alérgica, con una gran
producción de anticuerpos llamados IgE.
Algunas
de las sustancias más habituales a las que es alérgica la gente son aerotransportadas
(transportadas por el aire):
- Los ácaros del polvo son una de
las causas más frecuentes de la alergia. Estos insectos microscópicos
viven a nuestro alrededor y se alimentan de los millones de células de
piel muerta que se desprenden cada día de nuestros cuerpos. Los ácaros del
polvo son el principal componente alérgico del polvo doméstico,
- Polen: la gente conoce la
alergia al polen con el nombre de fiebre
del heno). Los árboles, los arbustos, el césped y la
hierba de prados y pastos liberan estas partículas minúsculas al aire para
fecundar otras plantas. La alergia al polen es estacional, y el tipo de
polen al que es alérgico determinará cuándo presentará síntomas
alérgicos
- El moho, está
compuesto por hongos que proliferan en ambientes cálidos y húmedos, tanto
en interiores como en el exterior.
- Los alergenos de origen
animal,
en su mayoría procedentes de animales domésticos homeotermos (de sangre
caliente) pueden desencadenar reacciones alérgicas en niños y adultos.
Cuando el animal se lame, la saliva se le deposita en el pelaje o las
plumas. A medida que la saliva se seca, las partículas proteicas son
transportadas por el aire y se adhieren a los tejidos que hay en el
entorno doméstico.
- Las cucarachas también son
alergenos que se pueden encontrar en el entorno doméstico, sobre todo en
áreas urbanas.
Los
alergenos alimentarios más habituales
- Leche de vaca (o
proteína de la leche de vaca): Entre el 1% y el 7,5% de los lactantes
son alérgicos a las proteínas presentes en la leche de vaca y en las
leches infantiles elaboradas con leche de vaca.
- Huevos: La alergia
al huevo, una de las alergias alimentarias más frecuentes en lactantes y
niños pequeños. Puesto que
los huevos se utilizan en muchos alimentos de consumo infantil -en
bastantes casos como ingredientes "ocultos"-, la alergia al
huevo es difícil de diagnosticar. Este tipo de alergia se suele manifestar
muy precozmente, pero la mayoría de los niños la superan alrededor de los
5 años de edad.
- Pescado y marisco: las
proteínas del pescado pueden provocar diversos tipos de reacciones
alérgicas.
- Cacahuetes y frutos
secos:
Los cacahuetes se encuentran entre los alergenos alimentarios que provocan
reacciones más graves, y a veces desencadenan reacciones que pueden poner
en peligro la vida del paciente.
- Trigo: Las
proteínas del trigo se encuentran en muchos alimentos de consumo habitual.
Otros
alergenos habituales
- Veneno de insecto. Si un niño es alérgico al veneno de
determinado insecto, una picadura de ese insecto podrá provocarle síntomas
más graves.
- Medicamentos. Los
antibióticos -medicamentos utilizados para tratar infecciones- son los
fármacos que provocan más reacciones alérgicas.
- Sustancias químicas. Algunos
productos de belleza y algunos detergentes para la ropa provocan en
algunas personas erupciones asociadas a picor. Esto suele obedecer a que
esas personas son alérgicas a los componentes químicos de tales productos.
Signos
y síntomas
El tipo
y gravedad de los síntomas de la alergia varían entre tipos de alergias y entre
pacientes. Las alergias pueden aparecer como picor en los ojos o picor en la
nariz, estornudando, congestión nasal, la estrechez de garganta, el problema
que respira, e incluso choque (la tenuidad o desmayase).
Los
síntomas pueden ir de leves o importantes molestias estacionales (por ejemplo,
en las alergias desencadenadas por el polen o por determinados tipos de moho) a
problemas que se manifiestan durante todo el año (desencadenados por alergenos
como los ácaros del polvo o ciertos alimentos).
Síntomas
de la alergia a alergenos aerotransportados
Los
alergenos transportados por el aire pueden provocar un cuadro conocido como
rinitis alérgica, que afecta a entre el 15 y el 20% de los norteamericanos. Se
suele desarrollar en torno a los diez años de edad y alcanza su mayor
virulencia entre los 20 y los 25 años, desapareciendo generalmente sus síntomas
entre los 40 y los 60 años. Los síntomas incluyen:
- estornudos
- picor en la
nariz y/o la garganta
- congestión
nasal
- tos
Estos
síntomas suelen ir acompañados de picor, lagrimeo y/o enrojecimiento de los
ojos, lo que se denomina conjuntivitis
alérgica. Si una persona presenta estos síntomas y también
respiración sibilante y dificultad para respirar, es posible que su alergia
haya evolucionado y se haya acabado convirtiendo en un asma de origen alérgico.
Síntomas
de la alergia alimentaria
La
gravedad de los síntomas de una alergia alimentaria y cuándo aparecen depende
de:
- la cantidad
del alimento alergénico que ingiera
- el grado de
exposición que haya tenido previamente al alimento alergénico
- la
sensibilidad que tenga al alimento.
Los
síntomas de las alergias alimentarias incluyen:
- picor en la
boca y en la garganta al tragar el alimento (algunos niños sólo presentan
este síntoma, conocido como "síndrome de alergia oral")
- manchas
rojas en la piel asociadas a picor (ronchas)
- erupción cutanea
- secreción
nasal y picor en la nariz
- retortijones
o dolor abdominal tipo cólico acompañados de náuseas, vómitos
o diarrea (mientras el cuerpo intenta eliminar el alérgeno)
- choque
(shock)
Síntomas
de la alergia al veneno de insecto
Cuando a
un niño le pica un insecto a cuyo veneno es alérgico, puede presentar algunos
de los siguientes síntomas:
- inflamación
de la garganta
- ronchas por
todo el cuerpo
- dificultad
para respirar
- náuseas
- diarrea
- choque
(shock)
¿Qué
es una reacción anafiláctica?
Muy poco
frecuentemente, si la sensibilidad a un alergeno es extrema, un niño puede
presentar una reacción
anafiláctica (o choque
(shock) anafiláctico). Se trata de una reacción muy intensa y
repentina que afecta a varios sistemas corporales (como la piel
y los sistemas respiratorio, digestivo
y cardiovascular).
Los
síntomas o reacciones graves a cualquier alergeno, desde a determinados
alimentos hasta al veneno de ciertos insectos, requiere atención médica inmediata.
Entre los síntomas de la reacción anafiláctica, se incluyen:
- dificultad
para respirar
- inflamación
(sobre todo de la cara, la garganta, los labios y la lengua, en el caso de
las alergias alimentarias)
- rápido
descenso de la tensión arterial
- mareo
- pérdida de
la conciencia
- ronchas
- la estrechez
de garganta
- ronquera o
afonía
- vértigo o
sensación de que se te va la cabeza
La
reacción anafiláctica se puede producir al cabo de sólo dos segundos de
exponerse a la sustancia desencadenante o puede tener una latencia de dos horas
si ha sido desencadenada por un alimento. Puede afectar a varias partes del
cuerpo.
De todos
modos, afortunadamente las reacciones alérgicas graves que pueden poner en
peligro la vida sólo se dan en una cantidad reducida de niños. De hecho, la
incidencia anual de reacciones anafilácticas es baja -en torno al 30 sobre
100.000- aunque las personas con asma, eccema o fiebre del heno tienen más
probabilidades de presentarlas. La mayoría -hasta el 80%- de las reacciones
anafilácticas son desencadenadas por cacahuetes o frutos secos.
¿Cómo
se diagnostican las alergias?
Algunas
alergias son bastante fáciles de diagnosticar porque el patrón de síntomas que
sigue a la exposición a determinados alergenos es fácil de identificar. Pero
otras alergias son menos obvias porque sus síntomas recuerdan a los cuadros
clínicos de otros trastornos.
Si su
hijo presenta síntomas catarrales durante más de una semana o dos o siempre se
"acatarra" en la misma época cada año, consulte con el pediatra.
Probablemente éste le hará preguntas sobre los síntomas de su hijo y sobre
cuándo suelen aparecer. Dependiendo de las respuestas que usted le dé y de los
resultados de la exploración física del niño, el pediatra podrá emitir un
diagnóstico y recetarle medicación o bien derivarle a un alergólogo para que le
haga un estudio de alergia en profundidad y le recomiende un tratamiento.
Es
probable que el alergólogo tenga que practicarle a su hijo pruebas cutáneas
para determinar si es alérgico a los alergenos ambientales y alimentarios más
comunes. Las pruebas
cutáneas se pueden hacer en lactantes de pocos meses, pero son
más fiables a partir de los dos años de edad.
Las
pruebas cutáneas de alergia se pueden realizar de dos formas diferentes:
1.
Se
deposita una gota del alergeno en forma de líquido purificado y se realiza un
pequeño pinchazo en el área.
2. Se inyecta una
pequeña cantidad del alergeno justo debajo la piel. El pinchazo se nota un
poco, pero no se trata de un procedimiento muy doloroso. Al cabo de
aproximadamente 15 minutos, si en el sitio de la inyección aparece un bultito
rodeado de un área rojiza (similar a la picadura de un mosquito), la prueba es
positiva.
Si la
reacción alérgica a un alimento u otro alergeno es muy intensa, se puede hacer
un análisis de sangre en vez de una prueba cutánea para hacer el diagnóstico,
porque así se evita exponer al paciente al alergeno. Las pruebas cutáneas son
menos caras y más sensibles que los análisis de sangre para emitir un
diagnóstico de alergia. Pero los análisis de sangre pueden ser más
recomendables en niños con problemas cutáneos o que son extremadamente
sensibles a un alergeno en particular.
Aunque
las pruebas cutáneas o el análisis de sangre dé positivo, el niño deberá
presentar también
síntomas para que se le pueda diagnosticar una alergia. Por ejemplo, un niño
con un resultado positivo en la prueba cutánea para los ácaros del polvo y que
estornuda frecuentemente mientras juega en el suelo podrá considerarse alérgico
a los ácaros del polvo.
Tratar
las alergias
No existe una cura
real para las alergias, pero es posible aliviar sus síntomas. La única forma de
controlar las alergias es reducir o eliminar la exposición a los alergenos.
Esto significa que los padres deben educar a sus hijos desde pequeños, no sólo
sobre la alergia en sí misma, sino también sobre las reacciones que pueden
presentar si ingieren o entran en contacto con el alergeno.
Si no es
posible o factible reducir la exposición al alergeno, lo más probable es que el
alergólogo le recete a su hijo medicamentos, incluyendo antihistamínicos (que se
pueden adquirir sin receta medica) y corticoesteroides inhalados o en
nebulizador nasal.
En
algunos casos, el alergólogo también recomendará la inmunoterapia (vacunas para
la alergia) a fin de ayudar a desensibilizar al niño al alergeno. Sin embargo,
disparos de alergia son sólo útiles para alérgenos como polvo, el moho, los
pólenes, los animales, y el insecto. Ellos no son utilizados para alergias de
alimento, y para alguien con alergias de alimento debe evitar ese alimento.