COMPLEMENTOS SERICOS


 

Del peso total de las proteínas que circulan en el organismo, entre un 5 a 10% corresponden a lo que se denomina complemento. Son fracciones de globulinas que se encuentran en continuo equilibrio por medio de síntesis y catabolismo constante.

Sus valores son de utilidad en nefritis nefrotóxica, glomerulonefritis aguda, nefrosis y lesiones renales producidas por lupus eritematoso diseminado que compromete el riñon en un 70% de los casos.

Los más empleados son el C3, con cifras promedio entre 70 a  160 mg/dl  y el C4 con cifras e entre 20 a 40 mg/dl.

Los niveles en el lupus se modifican muy poco cuando la lesión renal es mínima. Pero si hay compromiso, los niveles se encuentran tanto más bajos cuanta mayor sea la lesión.

Está consituido por 9 fracciones proteicas que constituyen el complemento sérico total, de las cuales se han aislado 4 principales que se demominan C1, C2, C3, C4.


El aumento de la actividad del complemento se puede observar en:
  • Cáncer.
  • Ciertas infecciones.
  • Colitis ulcerativa.
La disminución de la actividad del complemento se puede observar en:
  • Cirrosis.
  • Glomerulonefritis.
  • Angioedema hereditario.
  • Hepatitis.
  • Rechazo de trasplante renal.
  • Nefritis lúpica.
  • Desnutrición.
  • Lupus eritematoso sistémico


BILIRRUBINAS






BILIRRUBINEMIA

La bilis se forma en el hígado por la intervención de varios componentes entre los que se cuenta la descomposición de los hematíes en el sistema retículo endotelial, en sus integrantes heme y globina. El heme es catabolizado después para formar biliverdina, que se transforma en  bilirrubina denominada NO CONJUGADA O INDIRECTA. En el hígado ésta es conjugada con glucorónido para producir bilirrubina CONJUGADA O DIRECTA.
Desempeña un importante papel diagnóstico en toda ictericia para orientar el diagnóstico a proceso obstructivo o a hepatitis.
La directa se detecta normalmente en cantidades insignificantes de 0.01 a 0.04  mg/dl.  Es la fracción que se eleva en la obstrucción biliar, la indirecta tiene sus cifras normales entre 0.2 a 0.8 mg/dl y su aumento es propio de las ictericias hemolíticas. La bilirrubinemia total está comprendida entre 0.10 a 1.0 mg/dl.
El color amarillo de la piel se observa cuando la concentración de bilirrubina total supera la cifra de 2.5 mg/dl.
Por lo general la ictericia causada por disfunción hepato-celular (hepatitis) se debe a bilirrubina no conjugada o indirecta  y la ictericia causada por disfunción extra hepática como cálculos o bloqueo tumoral del conducto hepático es por bilirrubina directa o conjugada.
Cuando existe una concentración de bilirrubina en la sangre por encima de 2 mg/dl de bilirrubina directa o conjugada, ésta pasa a la orina en cantidad directamente proporcional a la bilirrubinemia. Generalmente aparece antes de la ictericia y desaparece antes de ésta, el color amarillo intenso de la orina, se torna como de cerveza oscura cuando la concentración esta muy aumentada y al agitarla se obtiene una espuma teñida de amarillo.

CALCULOS RENALES



El tracto urinario incluye los riñones, uréteres, vejiga y uretra. Dentro de cada riñón, la orina fluye desde la corteza exterior hasta la médula interna. La pelvis renal es el embudo a través del cual la orina sale del riñón y entra en la uretra.
La orina puede hacerse muy concentrada cuando pasa por los riñones. Si la orina está demasiado concentrada, el calcio, las sales de ácido úrico y otros compuestos químicos disueltos en la orina pueden cristalizarse y formar un cálculo renal.
Los mecanismos íntimos de la litogénesis son materia de discusión, pero es causa favorecedora la edad por encima de los 30 años, la poca ingestión de líquidos y el exceso de ales de calcio artificialmente.
Generalmente, el cálculo es del tamaño de una piedra pequeña. Pero los uréteres son muy sensibles a estirarse y cuando se forman los cálculos y los dilatan, este estiramiento puede ser muy doloroso. Muchas veces, la gente no sabe que tiene cálculos renales hasta que siente los dolorosos síntomas de tener un cálculo atascado en alguna parte del tracto urinario. Afortunadamente, los pequeños cálculos generalmente salen de los riñones y pasan por los uréteres por sí mismos sin causar ningún problema.
Estos cálculos pueden demorar semanas o meses para formarse.
  • Los cálculos de calcio son los más comunes en un 80 a 84%   El calcio puede combinarse con otras sustancias como el oxalato (la sustancia más común), el fosfato o el carbonato para formar el cálculo. El oxalato está presente en ciertos alimentos como las espinacas. También se encuentra en los suplementos de vitamina C. Las enfermedades del intestino delgado aumentan el riesgo de formación de cálculos de este tipo.
  • Los cálculos de cistina (1 al 2%)  pueden formarse en personas con cistinuria. Este trastorno es hereditario y afecta tanto a hombres como a mujeres.
  • Los cálculos de estruvita se encuentran principalmente en mujeres que tengan una infección urinaria. Estos cálculos pueden crecer mucho y obstruir el riñón, los uréteres o la vejiga.
  • Los cálculos de ácido úrico (8%) son más comunes en los hombres que en las mujeres y pueden ocurrir con gota y quimioterapia.
  • Otras sustancias pueden también formar cálculos, entre ellas los medicamentos aciclovir, indinavir y triamtereno.
El uso del diagnóstico de la composición de los cálculos es de interés para la profilaxis, evitando los cristales que los componen.